Ella en mi cabeza

Una persona en su sano juicio no comienza una conversación con la frase "Estoy embarazada, tengo q abortar". Es inevitable que la persona del otro lado de la computadora acaba involucrandose de una u otra manera y, en ciertos casos, de maneras que uno no estaría dispuesto a cooperar.
Hace unos minutos recibí la noticia y, como es de suponer, me cayó cual baldazo de agua helada en la cabeza sobre todo por haber salido con esa chica por un corto período hace ya un tiempo.

Me siento impotente ante la pregunta sobre si conozco algún método anticonceptivo eficaz que oueda utilizar, sin que sus padres o los del novio acaben por enterarse. Me siento estúpido cuando intento no involucrarme, pero fuera de lugar ante la posibilidad de tomar partido de dicha jugada.

Y allá está ella, del otro lado del monitor, esperando una respuesta de mi parte mientras escribo este descargo en el blog que, espero, no llegue a leer. No creo que por eso este sea un acto de cobardía, mas bien lo tomo como una simple manera de exorcizar demonios inexistentes y de gritar en una habitación vacia en donde solo yo pueda escuchar.

Ella me vuelve a preguntar y yo sigo escribiendo mientras evito responderle de la manera mas gentil que se me ocurre...